En los últimos años se ha generalizado el consumo de café en cápsulas monodosis. Esta manera de tomar café es una alternativa que permite disponer de un buen café de manera rápida y cómoda, tanto en casa como en la oficina. Solo es necesario disponer de una cafetera exprés, cápsulas y agua.
Pese a las ventajas iniciales, un estudio realizado por el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia, resalta que «el lugar donde se acumulan las cápsulas y parte del agua usada son un rico sustrato para el crecimiento bacteriano». En el estudio explican cómo reducir este riesgo y las particularidades higiénicas de otras cafeteras.
Como con todo objeto que entra en contacto con los alimentos, está el riesgo de que se formen bacterias patógenas si no se manipula y se limpia del modo correcto. La bandeja donde se depositan las cápsulas usadas es una de las partes más delicadas, ya que en ella pueden proliferar y acumulares bacterias perjudiciales para la salud.
Los expertos destacan que el problema no está en beber el café, sino en cómo se manipula esta parte de la cafetera.
Se analizaron los depósitos de residuos de café de diez máquinas distintas durante un año. Los resultados demostraron que se forma una comunidad bacteriana en todas las máquinas.
Se identificaron de 35 a 67 bacterias de distintas especies en la bandeja de gotea de las máquinas estudiadas, incluyendo cepas patógenas, es decir, con capacidad para causar enfermedades, como Enterococcus, Clostridium y Pseudomonas. Las bacterias pueden propagarse a altas temperaturas y parece que la manipulación que hace el consumidor (manos sin lavar, por ejemplo) pueda influir en la presencia de bacterias, ya que no hay evidencias de que estas estén en el café antes de prepararlo.
Es un descubrimiento que sorprende, si se tiene en cuenta que la cafeína que contiene el café, así como el té y algunas bebidas gaseosas, tiene propiedades antibacterianas. Según los investigadores, las bacterias empiezan a crecer allí donde se acumulan las cápsulas utilizadas (bandeja de goteo) y se extienden al resto de la cafetera.
Pese a estos resultados, los expertos insisten en que el café no tiene ningún problema microbiológico, pero que como electrodoméstico que entra en contacto con alimentos, deben tenerse en cuenta algunas pautas de higiene y manipulación de la máquina.
Es necesario lavar la bandeja de residuos de la cafetera una vez a la semana con agua tibia, jabón y unas gotas de lejía
Es un descubrimiento que sorprende, si se tiene en cuenta que la cafeína que contiene el café, así como el té y algunas bebidas gaseosas, tiene propiedades antibacterianas. Según los investigadores, las bacterias empiezan a crecer allí donde se acumulan las cápsulas utilizadas (bandeja de goteo) y se extienden al resto de la cafetera.